Iban 35' de la primera etapa. Facundo Nadalín parecía tener controlada la situación sobre el sector derecho de la defensa. Pero Claudio Riaño fue más vivo y se la robó.
El delantero encaró y Stéfano Callegari vino desde atrás y lo bajó sin miramientos. Falta clara y descomunal. Sin embargo, el criterio aplicado por el árbitro Diego Abal no termina de entenderse. Cobró la falta y no sacó siquiera tarjeta amarilla.
Los jugadores de Central se arremolinaron en torno de él y le reclamaron airadamente pero el juez no se inmutó. Incluso si hubiese sido tarjeta roja poco hubiera habido por discutir.
Fuente: Diario La Capital (Rosario)