Un grupo de fanáticos xeneizes se acercaron hasta el Hotel Madero, en el barrio porteño de Puerto Madero, para alentar a los jugadores.
Curiosamente, los encargados de la Seguridad de Boca se acercaron hacia los periodistas presentes en el lugar para pedirles que no hablaran con los fanáticos, para evitar los gritos y cánticos y así dejar que los deportistas descansen.